domingo, agosto 22, 2004

Mis gafas nuevas

Tengo unas gafas nuevas. Son de color azul, como las antiguas (que ya no me servían), pero con ellas espero poder mirar el mundo de otra manera. Esta noche he salido de mi casa para estrenarlas: he empezado por mi calle, porque quiero ir poquito a poco, pero todo sigue igual a través de los nuevos cristales: las miradas de los vecinos, el videoclub de la esquina, las sábanas tendidas en las cuerdas, los perros de mi barrio, las terrazas de los bares, los adoquines del pavimento, los cajeros automáticos, los portales, las ventanas de las casas... Sí, definitivamente, todo continúa como siempre. Tal vez con un cambio de orientación...
Las gafas azules no han devuelto a mi mirada un mundo distinto, con otros colores, con azules de ensueño, mariposas amarillas y formas de terciopelo, curvas y suaves, no. No han esculpido para mí una realidad diferente que quedase impregnada en mis retinas, que hoy pretendían estrenar otra vez mi calle, como quien camina, feliz, con zapatos nuevos.

Sólo ha cambiado una cosa: con las nuevas gafas mis ojos ya no se encogen con tanta nostalgia cuando ven la luna llena brillando oronda en ese inmenso cielo donde, menuda mierda, no hay ni una estrella.

Vaya estafa...


Radio, play my favourite song: There was a river. For Stars.

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