Gracias por existir
I'm a tree that grows hearts...
"El domingo entendí algo. Ahora sé lo que significan los “emotional landscapes” que canta Björk en la maravillosa Jòga. Emotional landscapes de hielo y fuego, místicos, desgarradores, violentos, serenos, íntimos, delicados, únicos e increíbles. Ahora comprendo lo que es que un millón de emociones y sentimientos se abran paso hasta la piel y los ojos en el momento en el que una genial Zeena Parkins da paso a Pagan poetry y miles de personas se rinden ante una esquimal que con sus murmullos y chillidos te transporta en una milésima de segundo a la lejana Laponia, hasta sentir el viento helado en la cara. Ahora lo sé. Hasta ahora sólo lo había intuido en sus discos. Me será dado amor... tengo que confiar. Y ahora lo sé.
¿Quién no cayó vencido ante las columnas de fuego naranjas que iluminaban el escenario y los fuegos artificiales que sobrevolaban el cielo mientras Björk se dirigía a todos nosotros poniéndole la música a aquello que todos alguna vez hemos sentido? ... state of emergency... how beautiful to be
¿Quién no sintió un escalofrío al escuchar la entrada del octeto de cuerda en Hunter? ¿Quién no tuvo, en efecto, la certeza de que nos será dado amor, de que tendremos que cuidarlo y confiar?
¿Quién no sintió la magia hecha imágenes en las inquietantes proyecciones que acompañaron a canciones como Desired constellation?
¿Quién no agradeció que You’ve been flirting again se prolongase unos minutos más de lo que dura en Post? ¿De quién no acarició los oídos ese suave islandés? ¿Y quién no se sobrecogió cuando los violines, las violas y los cellos tomaron la palabra?
¿Quién no sintió que aquel sentimiento de plenitud al escuchar el momento cumbre “Hyperballad” (“I go through all this before you wake up, so I can feel happier to be safe up here with you”), y observar cómo el cielo se desgarraba en un millón de rayas de colores, debía parecerse mucho a la felicidad? Y cómo sonríe ella descalza, viéndonos disfrutar... ¡y encima nos lo agradece continuamente! Björk es un duende, es magia y ahora lo sé...
¿Quién no sonrió viendo cómo disfrutan Matmos con sus ordenadores, sus máquinas, su tecnología, fabricando toda clase de ritmos que enjuagan de manera perfecta las canciones?
¿A quién no le sorprendió esa revisión de In our hands acompañada de un vídeo prodigioso?
¿Quién no vibró con esa Pluto delirante que nos hizo mover a todos mientras en la pantalla un hombre desnudo se movía a convulsiones?
Pero, sobre todo, ¿Quién no se conmovió en lo más profundo cuando Björk reapareció con aquella especie de cola de pavo real blanca y enorme, que balanceaba al compás de una de las mejores canciones que jamás he oído y por la que me enamoré de la esquimal, al ritmo de Bachelorette? ¿Quién no sintió que en ese momento todo cobraba sentido? ¿Quién no estuvo apunto de romper a llorar al escuchar aquella frase tan verdadera y apasionada que dice: “I’m a tree that grows hearts one for each that you take”? ¿Quién no le dio su propio sentido a los árboles de metal que aparecieron como por arte de magia en el escenario y que terminaron con sus ramas ardiendo en Human behaviour al final de una noche mágica, fantástica, extraordinaria y asombrosa?
¿Quién no se quedó clavado en el sitio como no queriendo despertar de un sueño maravilloso?
El domingo comprendí por fin que nos será dado amor, que tendremos que cuidarlo y que confiar. All is full of love... y ahora lo sé."
Esto lo escribí entre examen y examen, en junio del año pasado con los restos de emociones que se quedaron conmigo después de ver a Björk en concierto. Hoy salgo a la calle a por Medulla, para descubrir cómo son los nuevos Emotional landscapes que me brinda la esquimal.
Radio, play my favourite song: Björk, Björk, Björk, Björk, Björk, Björk, Björk, Björk, Björk...