jueves, junio 16, 2005

Vámonos, vámonos de mani

Lo tengo claro. No sé si es porque estamos en junio, mes que se caracteriza por que con los exámenes toman protagonismo las cosas pragmáticas, esas que tan poco me gustan. El caso es que anda desarrollándose en mí un sentido práctico y una especie de espíritu empresarial que me tienen de lo más desconcertada. Pero de pronto he tenido una revelación, ya sé lo que voy a hacer con mi futuro: voy a crear una empresa de autocares.

Sí, sí, sí, lo tengo claro. Hasta me lamento de que no se me haya ocurrido antes, cuando empezó a programarse todo el calendario de manifas que vienen teniendo lugar estas últimas semanas. ¡Nos habríamos forrado! El caso es que algo parece haber cambiado en las prácticas y los hábitos tradicionales en lo que atañe a la protesta callejera, y como resulta que la tendencia (o la moda, vete tú a saber) consiste en fletar autobuses para armar cuanta más bulla mejor, pues pienso que es el momento de aprovecharse de la coyuntura y sacar provecho de ella. Lo que no querría es que alguien pudiera malinterpretarme y pensara que frivolizo con la cuestión, que me llamara oportunista o algo por el estilo...

Porque... joder, la situación es muy grave: a Zapatero le ha dado por hablar con los etarras, (algo insólito en la historia reciente de España), y sabemos que está negociando con ellos, aunque jure una y otra vez que no es verdad... ¡sabemos que miente! A ver si al final el problema se va a solucionar y todo... descabellado.

Encima, el país se desvertebra y se desmiembra por culpa de los catalanes (¡hay qué ver cómo son) que se les ha ocurrido pedir que se les devuelva, como propietarios originales que son, el 3% de los fondos de un archivo, que se obtuvieron como botín de una guerra y que fueron utilizados para juzgar (y condenar, y hasta fusilar en algunos casos) a elementos subversivos que podían constituir una amenaza contra el Movimiento. Y encima, el Gobierno ha decidido acceder a su petición, ¡qué desfachatez!

Por si todo esto no fuera poco, la sagrada institución que es la familia se encuentra en una alarmante situación de peligro, ya lo dicen los curas que, conocidos en todo el mundo por ser fundadores de familias ideales, se pasan la vida sermoneando sobre cómo éstas han de ser. Y es que ahora resulta que los gays y las lesbianas no sólo podrán casarse, sino que serán titulares de los mismos derechos que los contrayentes de los matrimonios heterosexuales; toda una agresión al pilar básico de nuestra sociedad. Ay, ay, ay, ay, ay... ¿hacia dónde se dirige España? Esto se está convirtiendo en un país de degenerados y pervertidos... no me extraña que la gente salga a la calle a lanzar un clamor popular, un grito desesperado contra este estado de caos en el que vamos a acabar viviendo si Dios no lo remedia.

¡Echémonos a la calle, pues, que los autobuses corren de mi cuenta!


Radio, play my favourite song: Cracked LCD. Ladytron.

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