No quiero más leche
Me pregunto en qué momento y de qué manera hay cosas que cambian para siempre, de manera irremediable. Cosas que nunca vuelven a ser igual. Por qué en un momento decidí que la leche fría me gustaba más y nunca volví a calentármela. O por qué llegó el día en que ya no quería que me rascaran la espalda, sino que prefería que me la acariciaran con la yema de los dedos.
Me pregunto por qué nunca hemos vuelto a hablar como solíamos hacerlo, y más aún, por qué tengo la certeza de que nunca volveremos a hacerlo. Llevamos tanto tiempo tan lejos... a veces ni siquiera me da pena. Al fin y al cabo, tampoco echo de menos la leche caliente ni que me rasquen la espalda.
Ayer aprendí que existe una planta que cura la indecisión... la pócima que he esperado toda la vida. El remedio que nos podría curar a todos.
Oído antes de ayer:
- Y, por fin, cuando ya llevaba el puntillo, conseguí armarme de valor y le hablé de los micro créditos. No sabía lo que eran... definitivamente, ese tío no es para mí.
Radio, play my favourite song: Ciudadano A. Iván Ferreiro.
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