—Warum? —le pregunté en mi pobre alemán.
—Hier ist kein warum (aquí no hay porqués).
Comme a dit le philosophe Adorno: "est-il encore possible d’écrire un poème, après Auschwitz?"
Los que vivís seguros
en vuestras casas caldeadas.
Los que os encontráis,
al volver por la tarde,
la comida caliente
y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
quien trabaja en el fango,
quien no conoce la paz,
quien lucha por la mitad de un panecillo,
quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
quien no tiene cabellos ni nombre,
ni fuerzas para recordarlo,
vacía la mirada y frío el regazo,
como una rama invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones.
Al estar en casa, al ir por la calle,
al acostaros, al levantaros;
repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
la enfermedad os imposibilite,
vuestros descendientes os vuelvan el rostro.
Primo Levi.
Si esto es un hombre.
Nunca había sentido nada igual hasta el momento en que vi salas y salas en las que había piscinas llenas de maletas, cacerolas, zapatos, pelo de mujer... Hoy se cumplen 60 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz.