martes, junio 15, 2004

¿Qué horas son, mi corazón?

Te prometo que a partir de ahora voy a mandar que se calle todo el mundo para poder escucharte. Y es que hay tanto ruido que no te oigo.

Pero chssssssssst... mejor no hablo yo tampoco... que se callen todos, a ver si en silencio te da menos miedo y puedo por fin oírte.

Que se callen las obligaciones, los "debería", y los exámenes. Que se calle mi madre, mi cabeza y todas las voces que me gritan y susurran últimamente.

Que se callen las paredes, los recuerdos, los libros, las canciones y las paradas de autobús.

Que se callen los vecinos, los amigos, los deseos, y las carreteras. Que se callen todos.

Que se callen las erasmus, las presiones, los balcones, las miradas, los trabajos y las risas.

Que se calle el teléfono, la memoria, la calle, Toulouse, París, el calendario, y el espejo.

Que se callen también los planes, y todas esas imágenes que tengo archivadas de otros días... que se callen sus silencios también, que están haciendo mucho ruido.

Que se callen todos, que a partir de hoy sólo quiero escucharte a ti. Dime, coraçao: ¿Vas a hablarme? ¿Me vas a contar de una vez qué es lo que te pasa? Venga, habla conmigo, que para eso estoy aquí esperando.


Radio, play my favourite song: Quiere y no puede. Mártires del compás

"Quiere y no puede, lo sabe y llora, ¿se puede decir más con cuatro palabras? Yo creo que no."

Mi tocaya dixit, y tenía razón.

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