jueves, junio 21, 2007

Ayer alguien se tomó la molestia de acercarse a la oficina para llevarme un disco que me había prometido. Las típicas promesas de borracho que ninguna de las partes espera que se cumplan.

Pero lo trajo. Con su carátula, sus títulos escritos, su dedicatoria, con las canciones favoritas marcadas con subrayador... En fin, todo el trabajo que conlleva grabar un cd. Al menos, tal y como yo lo concibo.

Con la fiebre y la congestión general que tenía, no me di cuenta de lo que significaba. Tengo la impresión de que no hago otra cosa que grabar discos, pero ¿cuánto tiempo llevaba sin que me grabaran uno a mí?


Radio, play my favourite song: Blood on the motorway. DJ Shadow.

|

viernes, junio 15, 2007

Billy Wilder no paraba de hablar desde el sofá de su casa. Sobre su cabeza estaba colgado un cuadro de Picasso o de Miró, no lo recuerdo bien. “Seguro que era original”, pensé.

Bajé el volumen de la televisión. Te habías quedado dormida a pesar del ruido. Yo también tenía ganas de echarme, apagar la luz y descansar, pero había prometido que bajaría a por agua. Me calcé, abrí la puerta con cuidado de no despertarte y bajé al kebab de enfrente a por una botella.

Hay veces que la noche se nos antoja perfecta. Como un puzzle de luces de neón, un escenario familiar que funciona como un engranaje cuyas piezas están perfectamente engrasadas; un teatro reconfortante y reconciliador por el cual la gente circula, mezclándose y mirándose sin sonreír. Pero sonriendo.

Introduje la llave en la cerradura silenciosamente y me metí en la habitación. Ni te enteraste. Di un trago a la botella y la dejé en el suelo. Me senté en la cama y me puse a mirarte. Dormías de lado con las piernas cruzadas una sobre la otra.

Hay veces que un detalle se nos antoja perfecto. Como tus pies descalzos, asomando por debajo de las sábanas.


Radio, play my favourite song: The mutineer. Mojave 3

|