Mucho debo
a quienes no amo.
El alivio de enterarme
que intiman con otros.
La alegría de no ser
el lobo de sus corderos.
En paz estoy con ellos,
y en libertad,
dos cosas que el amor no puede dar
ni sabe tomar.
No les espero
yendo y viniendo de la puerta a la ventana.
Con la paciencia
de un reloj de sol,
comprendo
lo que el amor no comprende,
perdono
lo que el amor jamás perdonaría.
Entre una carta y una cita
no transcurre la eternidad
sino sólo días y semanas.
Los viajes son siempre perfectos a su lado,
los conciertos se escuchan,
las catedrales se visitan
y los paisajes se contemplan.
Y cuando siete montes y ríos
nos separan,
son montes y ríos
señalados en el mapa.
Suyo es el mérito
de poder yo vivir en tres dimensiones,
en un espacio no lírico ni retórico,
frente a un horizonte movedizo, y por tanto, real.
Ignoran
cuánto me entregan sus manos vacías.
"Nada les debo",
diría el amor
acerca de tan discutible cuestión.
Radio, play my favourite song: Did I make you cry on Christmas Day? (Well, you deserved it!). Sufjan Stevens.