jueves, febrero 09, 2006

Lugares comunes

"Maupassant comía a menudo en el restaurante de la Torre Eiffel que, no obstante, no le gustaba: es -decía- el único lugar de París desde donde no la veo. En efecto, hace falta en París tomar precauciones infinitas para no ver la Torre; sea cual sea la estación, a través de las brumas, la media luz, las nubes, la lluvia, en medio del sol, en cualquier punto que esté, cualquiera que sea el paisaje de tejadops, de cúpulas o de frondosidades que le separen de ella, la Torre está ahí. "

Roland Barthes. La Torre Eiffel.




"Carentes de la Sonrisa, sólo podíamos reconocer la Mueca. La sonrisa de la Gioconda había sido, quizá por demasiado tiempo, el Sol del Arte. La adoración sentida por la Gioconda corresponde a un cierto cristianismo decadente, particularmente depresivo, supremamente desmoralizador. Parafraseando a Arthur Rimbaud, podemos decir que la Gioconda, la eterna Gioconda, ha sido una ladrona de energía."

André Salmon. Historia anecdótica del cubismo.


Consideraciones estéticas aparte, cuanto más tiempo paso en una ciudad, más incómodidad siento hacia sus mitos monumentales y visuales, hacia los iconos magnificadores (y en ocasiones hasta faraónicos) de su idiosincrasia. Según te alejabas de la sombra omnipresente de la Torre Eiffel se iba aliviando hasta desaparecer completamente esa leve sensación de incomódidad, al igual que cuando aligerabas el paso para pasar por delante de las marabuntas que se agolpaban frente a la pobre Gioconda. Pasa igual, pero en menor medida en Madrid: cierto desasosiego al pasar por la Puerta de Alcalá o Cibeles, lugares en donde no reconoces ese Madrid que sí está en la Latina o en la calle Fuencarral.

En definitiva, lugares comunes (nunca mejor dicho) que me provocan una extraña alienación sin saber muy bien por qué. Ojo al dato a las reflexiones que surgen en época de exámenes...


Radio, play my favourite song: Love me like you. The magic numbers.

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