"La soledad de Nick Drake"
La muerte de Nick Drake, el cantante de la timidez que rayaba en la paranoia, no hizo mas que alimentar su leyenda. El éxito que le eludió durante toda su vida, empezó a llegar, meses después de su muerte cuando se editaron sus últimos oscuros y desgarradores temas hasta el punto que su tumba es hoy objeto de peregrinaje y no hay semana en que su familia no reciba ofertas de Hollywood para hacer una película sobre su vida.
¿Qué pasó en esos ventipocos años cuyos derechos tan ardientemente persiguen todas las jóvenes estrellas? Casi nada. Muy poco. De familia de clase media acomodada. fue un buen estudiante, un buen hijo, un muchacho tímido con un don: la capacidad de hacer canciones preciosas, eternas, de una melancolía que parte el corazón. Y una suprema incapacidad para relacionarse con la gente, para enfrentarse al mundo. En una de sus canciones 'Poor boy' dice: “"nadie sabe como crece el frío en mí, nadie ve cómo tiemblan mis rodillas, nadie sonríe cuando me cruzo con ellos". Fue esa incapacidad para ser un animal social, para establecer lazos con sus semejantes lo que, paradójicamente hace que mucha gente de generaciones posteriores se enganche y se identifique profundamente con las canciones de Drake y con el personaje que proyectaba.
Resulta casi milagroso que consiguiera un contrato con una casa de discos y que ésta sacara tres álbumes mientras estuvo vivo. Las cintas del tercer álbum casi estuvieron a punto de perderse porque cuando fue a entregarlas a la discográfica las dejó sobre una silla en el vestíbulo porque no tuvo fuerzas para enfrentarse con los ejecutivos de la compañía. En su última actuación en público en una sala en la que apenas habían acudido veinte personas, tuvo un ataque de angustia y apenas consiguió levantar los ojos del suelo.
No se le conoce ninguna relación amorosa, y mucho se ha especulado sobre su homosexualidad reprimida y sobre un supuesto y frustrado romance con Françoise Hardy, a la que conoció en su único viaje a Francia, tras el cual decidió recluirse en casa de sus padres. Aún hoy, en la prensa británica esporádicamente aparecen testimonios de mujeres que aseguran haber sido el último amor de Nick Drake, pero nada, salvo su miedo al prójimo, su absoluto aislamiento y su tristeza congénita, ha sido probado. Todos los que le conocieron hablan de sus silencios, de su delicadeza, de su secreta frustación por no haber conseguido el reconocimiento que sus canciones merecían y a la vez de su vergüenza por aspirar a algo tan fatuo como el éxito. "El verano se fue y el calor se apagó , la multitud se fue a casa y me quedé en la cuneta, solo".
¿Qué hace que esas sencillas canciones apenas acompañadas por una guitarra, un cello y un piano sean intemporales y sigan llegando al corazón de la gente (para no mencionar su influencia decisiva en muchos cantantes y grupos contemporáneos)?
El puñado de canciones que Nick Drake nos dejó, abrazan la soledad de frente y no intentan escapar a ella, la asumen como un destino legítimo del ser humano. Un destino que solo se puede asumir con una fortaleza, de la que él carecía. Gente de todas las partes del mundo visita a menudo la tumba de Nick Drake en las afueras de un pulcro pueblo en Middlesex. Nunca faltan flores."
Isabel Coixet.
Radio, play my favourite song: Cello song. Nick Drake.
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