Qué más da que Radiohead estén de crisis creativa (bueno, ahora que lo pienso mejor, sí da...) si uno de sus dos genios malditos (el otro es Johnny Greenwood) saca discos tan crudos e intensos como éste. Hail to the thief se alejaba notablemente de la experimentación en terrenos electrónicos que había supuesto el cisma en el estilo de este grupo de Oxford la publicación de los álbumes mellizos Kid A y Amnesiac, que se dejaban ya intuir en Ok computer, pero que quedaban lejos de Pablo Honey y The bends, “el disco que a U2 le hubiese gustado hacer”. |
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